El académico austriaco asegura que «el bien común es la estrella central alrededor de la cual se agrupa la dignidad, la solidaridad, la justicia, la sustentabilidad; mientras que alrededor del capitalismo se agrupa la eficiencia, el beneficio, el crecimiento, el éxito, la competencia, la avidez».
El profesor de economía, bailarín e impulsor del modelo de Economía del Bien Común participó del primer encuentro de Economía al Servicio de las Personas, -organizado en la Región de Los Lagos por el municipio de Puerto Montt, la comunidad de emprendedores Cowo y la organización de Economía para el Bien Común en Chile-, donde describió la crisis sistémica que han dejado los ismos, el capitalismo y el comunismo.
En este contexto, Felber plantea la economía del bien común como una alternativa, un modelo abierto que debe ser construido por y para los ciudadanos. Se trata de “una economía de mercado pero ética, una que tenga claro los valores, objetivos y medios de la actividad económica”.
Asimismo explicó que “el dinero es visto como el fin cuando debiera ser el medio. Si el bien común es el objetivo de la economía, se debiera medir el éxito según el alcance del objetivo y no a través de acumulación de medios”. Esto significaría, a nivel macroeconómico dejar de medir PIB y medir el bien común, es decir, cuánto se logra de bienestar para las personas de una comunidad, aseguró el profesor.
Felber también se refirió al triunfo de Donald Trump en Estados Unidos y dijo que «pareciera ser que el individualismo está volviendo a tomar protagonismo sobre la cooperación». Explica que el individualismo dificulta la acción solidaria cooperativa y que también causa un sufrimiento de las personas.
«A lo largo del continente americano los países están marcados por la desigualdad: en Chile el 10% más rico obtiene 27 veces los ingresos del 10% más pobre; en Colombia es 38 veces; en Honduras, 42; en Haití, 88. La Economía del Bien Común propone límite a la desigualdad de ingresos, un salario máximo, una medida polémica para algunos…», indicó Felber.
Para el profesor de economía, el mundo capitalista es lo más polémico pero para la gente es lo más fácil, los únicos que tienen un problema son algunos que concentra el poder. Asimismo, asegura que la propuesta concreta es límite a la propiedad, a la herencia, al tamaño de la empresa. «En la implementación yo propongo la no violencia, atomizar las grandes fortunas sin expropiar a nadie, solo limitar la apropiación. Para eso, hace falta una generación y para entonces ya no se podrían crear estas grandes fortunas y habría menos desigualdad», dijo el austriaco.
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