La economía del bien común. Un modelo económico diferente y que Christian Felber (Salzburgo, 1972) defiende con pasión. Este polifacético profesor universitario –además de en las aulas, también se desempeña como bailarín y conferenciante de éxito– es el protagonista esta semana de Conversaciones en torno a una copa de vino, la serie web producida por Economía Digital con el patrocinio de Bodegas Torres.
¿Pero en qué consiste este modelo? Para empezar a explicarlo, Felber alude a las carencias del actual sistema económico, el cual «ignora la mayoría de necesidades básicas del ser humano». «El capitalismo fomenta el egoísmo, la desconsideración, la irresponsabilidad y la avidez», sostiene este profesor. Valores todos ellos que, según Felber, son recompensados por el actual sistema valiéndose de conceptos como el «afán de lucro» o la «contrapetencia» (en vez de competencia).
«No es una revolución»
Bajo estas premisas Felber escribió en 2012 un libro resumen de su teoría, con gran éxito en los países del sur de Europa, entre ellos España. En la obra, el autor propone que, «con las actuales reglas del juego» económico, se «fomenten las virtudes y no los vicios».
«No es una revolución, es una transformación. (…) Nosotros proponemos recompensar la contribución al bien común y la cooperación», defiende. Esto significa, por ejemplo, legislar y regular a favor de las empresas o corporaciones que no dañen el medio ambiente o que demuestren cumplir escrupulosamente con los derechos y la dignidad de sus trabajadores.
Modelo transversal
Entre otras medidas, y pensando en la Unión Europea, Felber propone establecer una «política comercial en coherencia con los valores constitucionales» de los países del continente. «La Economía del bien común trabaja con empresas, bancos, bolsas, gobiernos locales y nacionales», asegura. Se trataría, por tanto, de regular el acceso al mercado único en base o lo que él define como «balances del bien común».
¿Pero es viable un cambio tan profundo? Aunque admite las dificultades —«no va a ser mañana»–, este economista lo defiende sin reparos. Y lo hace en base al interés mostrado por algunos gobiernos municipales y de más alto rango para implementar el modelo (o al menos una parte del mismo). «Es un proceso que ya ha empezado», concluye optimista.
Fuente: economiadigital.es