Como describimos en el artículo “¿Cómo sería la Propiedad y participación democrática en una organización EBC?”, la Economía del Bien Común (EBC) promueve la participación democrática. Una organización orientada al bien común tiene como requisito fundamental tener una orientación democrática y colaborativa, basada en la transparencia plena.
La organización es un lugar de participación democrática, transparencia y colaboración activa para todos los trabajadores, quienes pueden aportar ideas y con ello asumir responsabilidad aportando a la organización. De esta manera, aumenta el sentimiento de pertenencia y se aprovechan los conocimientos y capacidades de cada persona.
Del mismo modo en que el sector público busca aumentar sus niveles de transparencia, las organizaciones buscan aumentar la confianza con sus grupos de interés: trabajadores, clientes, accionistas, proveedores y el entorno social.
Existen buenas prácticas en empresas y organizaciones que apuntan a estos conceptos, tales como los Estándares GRI, el Comercio Justo y el Sistema B, los cuales pasaremos a describir brevemente en este artículo.
Durante décadas hemos estado acostumbrados a organizaciones de carácter vertical, donde la toma de decisiones la realizan los dueños, el directorio o las altas gerencias y jefaturas, entregando órdenes a los trabajadores, quienes ejecutan dichas decisiones. En los últimos años, es una tendencia al alza la mayor horizontalidad en la toma de decisiones, empoderando más a los trabajadores mediante una mayor autonomía y tomando decisiones participativas en los equipos de trabajo. En el artículo anterior desarrollamos más este tema.
Durante los últimos años, el Estado chileno ha avanzado en materia de transparencia, principalmente mediante la Ley de Transparencia (promulgada en 2008), que creó una entidad autónoma, el Consejo para la Transparencia, que tiene como misión contribuir a fortalecer la democracia en Chile a través de la rendición de cuentas y el control social, al garantizar su ejercicio, fiscalizar su cumplimiento y promover el contenido del derecho de acceso a la información pública y la transparencia en la función pública.
Existen diversas buenas prácticas en estas materias, pasaremos a describir algunas.
Transparencia en estándares GRI
Los Estándares GRI (Global Reporting Initiative) dicen representar las mejores prácticas a nivel global para informar públicamente los impactos económicos, ambientales y sociales de una organización. El GRI cuenta con la participación de representantes de organizaciones de derechos humanos, derechos laborales, investigación, medioambientales, corporaciones, inversionistas y organizaciones contables.
La elaboración de informes de sostenibilidad a partir de estos Estándares proporciona información acerca de las contribuciones positivas y negativas de las organizaciones al desarrollo sostenible. Existen estándares universales (aplicables a cualquier organización) y estándares temáticos (económicos, ambientales y sociales).
En materia de transparencia y/o participación, algunos estándares sociales son los siguientes:
- 402: Relación trabajador-empresa.
- 405: Diversidad e igualdad de oportunidades.
- 406: No discriminación.
- 407: Libertad de asociación y negociación colectiva.
- 412: Evaluación de los derechos humanos.
- 413: Comunidades locales.
- 414: Evaluación social de los proveedores.
Transparencia en estándares de Comercio Justo
El Comercio Justo es un sistema comercial basado en el diálogo, la transparencia y el respeto, que busca una mayor equidad en el comercio internacional prestando especial atención a criterios sociales y medioambientales. Existen 10 principios del Comercio Justo:
Las empresas que deseen certificarse en comercio justo, deben cumplir una serie de estándares relacionados con estos principios. Uno de ellos tiene directa relación con lo que presentamos en este artículo: “Transparencia y funcionamiento democrático para beneficiar las necesidades básicas de las comunidades productoras y a los consumidores”.
Desarrollando este concepto, la organización debe ser transparente en su gestión y en sus relaciones comerciales. Es responsable ante todos sus grupos de interés y respeta la sensibilidad y confidencialidad de la información comercial que le es proporcionada. La organización encuentra medios apropiados y participativos para involucrar a los empleados, miembros y productores en sus procesos de toma de decisiones. Asegura que la información pertinente sea proporcionada a todos sus socios comerciales. Los canales de comunicación son buenos y abiertos a todos los niveles de la cadena de suministro.
Transparencia en Sistema B
El Sistema B agrupa a las Empresas B, las cuales son un tipo de compañía que está certificada y cumple rigurosos estándares de sustentabilidad, transparencia, contabilidad y desempeño. Dado lo anterior, estas corporaciones buscan cumplir una misión dual: por una parte, siguiendo el objetivo tradicional de los negocios, estas empresas quieren satisfacer y generar ganancias para los accionistas y, de igual forma, persiguen crear valor social, desde proteger a los empleados hasta resguardar el medio ambiente, aun así esto signifique sacrificar ganancias en el corto plazo.
Una certificación de Empresa B aborda cuatro dimensiones: gobernanza/transparencia, trabajadores, medioambiente y comunidad/proveedores/distribuidores, como se muestra en esta imagen:
En la dimensión de gobernanza, se evalúan aspectos relacionados con la transparencia y cómo la empresa comunica su misión y su compromiso a crear impacto social, entre otros aspectos. En la dimensión de trabajadores, se evalúan aspectos éticos, de formación, de desarrollo, remuneraciones, beneficios y participación.
De esta forma, una certificación B apunta a una mayor transparencia y participación.
¿Qué aspectos se miden en el Balance del Bien Común respecto de la transparencia y participación democrática interna?
La Economía del Bien Común por medio de su Balance invita a las organizaciones a mirarse a sí mismas a través de la evaluación de sus procesos en pos de una mejora continua. El balance relaciona valores con grupos de interés.
La Economía del Bien Común promueve una cultura democrática y de transparencia al interior de las organizaciones, buscando una mayor participación y empoderamiento por parte de los trabajadores. Además, promueve la transparencia entre la organización y todos sus grupos de interés.
El elemento C4, “Transparencia y participación democrática interna”, tiene 4 aspectos que se evalúan en la elaboración del Balance del Bien Común:
C4.1 Transparencia interna: en una empresa del bien común, todos los datos críticos y fundamentales son transparentes y fácilmente accesibles y entendibles para todos los trabajadores. La transparencia forma parte de la cultura organizacional.
C4.2 Legitimación de la dirección: en una empresa del bien común, todos los directivos (también la junta directiva) son evaluados y elegidos periódicamente por las personas empleadas, quienes pueden destituir a cualquier directivo. La organización vive la cultura de legitimar a la dirección.
C4.3 Participación de las personas empleadas en la toma de decisiones: en una empresa del bien común, todas las decisiones fundamentales se toman con los trabajadores por consenso; su participación forma parte de la cultura organizacional.
C4.4 Aspecto negativo: prácticas antisindicales: en una empresa del bien común, no debe existir ningún tipo de prácticas antisindicales o que atenten contra la representación y participación de los trabajadores.
En síntesis, existen diferentes herramientas y metodologías para valorar y evaluar la transparencia y participación en las organizaciones. Estos elementos cada vez se tornan más relevantes para su sostenibilidad social, ambiental y económica.